La ética la podemos comprender como un conjunto de normas morales que se encargan de regir la conducta de las personas en cualquier ámbito de la vida. Es decir, ella está presente en toda la existencia del ser humano. En el ámbito laboral la ética juega un papel imprescindible ya que tiene como objetivo resaltar los valores que se deben practicar para que determinada profesión cumpla la misión de velar por la integridad y el cuidado de la persona. Aunque es aplicable de manera individual tiene una gran incidencia en el colectivo y aportan en la armonía laboral y social.
En este tiempo se hace urgente volver a dar toda la importancia que tiene la ética y los valores para el bien no solo personal sino social. La Ética pasó a un segundo plano por la implementación de la cultura del descarte, tema que ya ha sido abordado en varias ocasiones por el Papa Francisco y que nos da luz para comprender esta problemática. Al dejar de existir la ética en las profesiones ya no es importante respetar al otro. Lo cual es contrario con el mensaje que Cristo ha predicado, ya que Él ha pedido que se ame al prójimo como a sí mismo.
La Iglesia ha sido llamada a ser luz en medio de las naciones, en las injusticias y en todo lo que se enfoque a denigrar al hombre. No es una lucha sencilla pero el Espíritu Santo anima y fortalece la vida de cada uno de los creyentes para que puedan llevar a buen término esta misión. Siempre en todo momento, debe prevalecer la búsqueda del bienestar del hombre; entendiendo que esto es deseo del hombre y teniendo muy presente a los menos escuchados.