Un evento sin precedente
El pasado 17 de junio de 2023 en el Movistar Arena se vivió un evento sin precedentes: Cielo Abierto, un concierto para alabar al Señor. Eran las 5:30 pm y poco a poco se iba concentrando más y más gente y la emoción ya era palpitante de por sí. En las pantallas altas se mostraba la cuenta de Cielo Abierto en varias de sus redes sociales. Se iluminó el altar dedicado a la Virgen de Guadalupe y la emotividad inundó todo el lugar.
Entonces, en la pantalla principal apareció una frase preciosa: «Quien me ve a mí, ve al Padre”. Seguidamente hicieron su entrada el Obispo Auxiliar de Bogotá Monseñor Germán Medina y el Padre Carlos Jiménez. Monseñor Germán exclamó: “María, estrella de la esperanza, misión del Cielo Abierto que nos anima en la esperanza, todos nosotros semillas de la esperanza». La frase conmovió al público. Después, entraron Cristal Domínguez y Pedro Gonzales (fundadores de este gran evento). Más de 20 años “Predicando el Amor Esponsal de Cristo por medio de las Noches de Adoración y conciertos de Magna Adoración”.
Ven, Sopla
Carteleras de mensajes tales como: ¨Gracias, Gracias Señor que esta noche te adore todo pueblo. Haznos de nuevo.» o “Que te adore todo pueblo” se mostraban en la pantalla principal con imágenes de fondo y en una pantalla más arriba y de menor tamaño se mostraban imágenes del público. A las 6:17 pm la tarde/noche seguía animada de la mano de las presentaciones musicales que le siguieron donde todo el público se puso de pie para animar aún más la noche.
La oración se transformaba en canción y desde el corazón con el alma y espíritu junto a Ven, Sopla. Como acto final se presentó el santísimo una vez más y se cerró con una canción final.
Un concierto para alabar al Señor
Cielo Abierto, un concierto para alabar al Señor que dejó muchas memorias entre todos sus asistentes. Como acto final, se escucharon testimonios con profundidad, en los cuales se siente a Jesús, a la Virgen María y sus milagros. La sinceridad con la que fueron contados fue inigualable. Y ese momento en que ingresó El Santísimo fue tan solemne como emocionante, se sentía la paz y la emoción en el ambiente, y en ese preciso momento todo giró en torno al Santísimo. Entonces se ubicó en el altar en todo su centro.
