El Proveedor sobreabundante

Es innegable que como seres humanos carecemos de muchas cosas. Nacemos desnudos, necesitados de alimento, vestido y protección. A medida que vamos creciendo, nuestras necesidades aumentan pero también vemos cómo van siendo suplidas una a una sin que nos haga falta ningún bien, todo esto, por la Gracia del Señor que al hacernos sus hijos, toma nuestras necesidades como suyas y las satisface por amor a nosotros.

En la motivación que el padre Javier Riveros, director de la Emisora Minuto de Dios Bogotá y Medellín ha preparado para la emisión del programa Hoy es tu día, nos recuerda una palabra que el apóstol Pablo le habló a los Filipenses como testimonio de confianza y que también aplica para la Iglesia de este último tiempo.

En la carta a los Filipenses, capítulo 4, versículos 19 y 20, Pablo hace una confesión poderosa que hoy en día alimenta nuestra fe y nuestra confianza en Dios. “Tenemos un Dios que no desampara, que nos ama y que es dueño de todo el Universo” nos dice con contundencia el sacerdote eudista. Es verdad, nuestro Dios es Grande, Todopoderoso y dueño de todo, así lo afirma el rey David en el Salmo 24. Por eso, despojémonos de toda queja; sí, la necesidad apremia, sí, los compromisos parecen no ceder, pero declarémosle a la necesidad, a los compromisos adquiridos quien es nuestro Dios, quién es nuestro Sustento y nuestro Proveedor. Antes bien, cuando más fuerte sea el viento y el agobio, que mayor sea nuestra alabanza. Levanta tu voz por encima de la voz de las dificultades y recuerda “nada es imposible para Dios”.

“En Dios no hay escasez” nos dice el @padreriveros. Miremos a nuestro alrededor, todo lo creado por su Mano es Sobreabundante, la Tierra es colosal, ¿cuánto más su Amor y provisión para con sus hijos? No permitas que la duda se apodere de tu corazón. Alimenta tu fe cada día confesando esta promesa suya:

“… mi Dios les dará a ustedes todo lo que les falte, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.”

Nada nos falta porque todo Él nos lo da. No perdamos tiempo en llanto, angustia y lamentación, mejor busquemos al Señor en oración y sigamos el consejo de Pablo, en el mismo capítulo, unos versos más arriba (Filipenses 4;6):

“No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también.”

No te olvides de agradecerle cuando hayas recibido tu milagro, cuando haya sido suplida tu necesidad. Nuestro Dios se complace cuando nos ve alegres al ver suplida nuestra necesidad, pero se goza inmensamente cuando le damos una ofrenda de gratitud desde nuestro corazón.

El Señor proveerá absolutamente todo conforme a su Propósito, solamente cree, confía, adora con gratitud. Deja que el Especialista en Imposibles obre hoy a tu favor.

“Señor, eres mi Proveedor y cuidas de mi con profundo cuidado y amor. Gracias por atender a mi oración, y por responder tan generosamente. No nos niegas nada, incluso nos diste a tu Hijo Jesús y con Él la Vida Eterna. Descanso en la promesa que has dado a mi corazón, sabiendo que pronto mis ojos verán aquello por lo que orado. Te alabo y te agradezco siempre. Amén”

Compartir
Deja un comentario

Tu dirección email no será publicada. Los campos requeridos están marcados *


El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página.

Entradas relacionadas