Compartir Navegación de entradas AnteriorMarcos 7, 14-23: El problema es el corazónSiguienteMc 7,31-37: ¡Effethá! Deja un comentarioCancelarTu dirección email no será publicada. Los campos requeridos están marcados * Guarda mi nombre, correo electrónico y web en este navegador para la próxima vez que comente. El periodo de verificación de reCAPTCHA ha caducado. Por favor, recarga la página. Entradas relacionadasRead moreIglesia: Obispos apoyan vacunas para ...Read moreEn Valledupar se construyó la Catedra...Read moreUna vida, una obra: 50 años en el bar...Read moreEn tus manos Señor