Atletas de la fe, ¡alégrate somos testigos del Evangelio!

A ejemplo de Pablo estamos invitados a completar la carrera y cumplir con el encargo del Señor Jesús, ser testigos del Evangelio. Pablo sabía muy bien cuál era su misión y corría esa carrera de la fe sin desmayar. Hoy Tú y yo estamos llamados también a ser atletas de la fe, cumpliendo con la tarea de ser Buena Noticia para los demás, de ser testigos del Evangelio y como Iglesia ser un testimonio de esperanza para el mundo, porque somos los testigos del amor, de la compasión, la solidaridad y la fe.

Nuestro ideal es que al igual que Pablo podamos decir que hemos servido al Señor con humildad, con penas, con pruebas, con esfuerzo, entregando todo lo que somos a predicar y anunciar a Jesucristo. Nuestra meta es cumplir esta carrera de la vida, de la fe, siendo testigos del Evangelio y sabiendo que Dios nos acompaña y nos da su gracia.

En otra muestra de amor muy grande de Jesucristo hacia nosotros, el Evangelio nos muestra a Jesús orando, haciendo su oración sacerdotal y entregándose totalmente al Padre, pero también ora por nosotros, en primer lugar, lo hace por sus discípulos y luego rogo por todos nosotros. Él sabía que su hora había llegado y era el momento de pasar a la presencia plena del padre, en la gloria, en el cielo.

Jesús en su oración entrega a todos los que le han sido confiados, y ese es un mensaje de esperanza para para Iglesia, para todos nosotros, saber que Jesús ora por nosotros ante el Padre y pide para que nosotros podamos guardar su Palara, para que podamos conocer al Padre.

Hoy debemos tener la certeza que Dios está con nosotros acompañándonos, protegiéndonos y guardándonos, para que perseveremos en el camino de la vida. En esta oración, Jesús nos dice cuál es el camino a la vida eterna: es conocer al Padre, al Dios vivo y verdadero, y conocerlo a Él, el enviado del Padre ahí está la vida eterna. ¿Cómo vamos a conocer al padre?, pues conociendo al hijo, y ¿cómo conocemos al hijo?, teniendo un encuentro personal con Él. Y ¿cómo nos encontramos personalmente con Él?, Con el testimonio que nos da la Palabra de Dios, los Evangelios, por el testimonio que nos da el Espíritu Santo prometido que viene a nosotros en estos días de Pentecostés.

La exhortación de hoy para nosotros es acoger la Palabra de Dios, asumir la carrera de la fe sabiendo que el Padre nos bendice desde el cielo y que hay un hijo que ora por nosotros y un Espíritu Santo que viene en nuestra ayuda, nos consuela y nos da el testimonio, el poder para hacer testigos de Jesús en el mundo entero.

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