Seamos pescadores de almas

Hermanos y hermanas, la Palabra del Señor ha llegado a nosotros hoy a través de la reflexión del padre Juan Pablo Mantilla, y nos ha revelado una misión cómo seguidores de Cristo, que debemos llevar a cabo todos los días y en todos los momentos que podamos, pues Jesús reconocerá el fruto de nuestro trabajo en el momento de la vida eterna.

Hoy, a través de la lectura del santo Evangelio según San Juan, vemos como los apóstoles se van a pescar y no logran capturar nada, hasta que Jesús se les aparece y les dice que tiren las redes, para ellos fue un momento de júbilo pues además de obtener un gran número de peces en sus redes, se encontraron con Cristo de nuevo, quien se aparecía por tercera vez después de su resurrección. Ellos anonadados por la presencia del Señor, no hicieron más que obedecerle y recibir sus bendiciones.

Así, hoy Dios nos trata de decir algo que debemos guardar en nuestras mentes y corazones: ¡No estamos solos!, pues el rey de reyes se muestra ante nosotros de diferentes maneras y va hacía nuestro encuentro siempre; debemos hacer parte del proceso de conversión que nos llevará a la vida eterna con Dios, a esa resurrección en alma que tenemos como promesa viva con Cristo; para lograrlo, debemos seguir su Palabra, sus leyes y hoy en especial se nos ha encomendado una misión específica, que traerá paz, no sólo a nuestra alma sino a la de muchos; esto, que nos encomienda Dios hoy es pescar.

Pero no pescar animales explícitamente, sino pescar almas, personas que inicien su conversión hacia el Señor también, debemos llenar nuestros corazones de Cristo y ser la red que atraiga más creyentes amorosos que vivan bajo su enseñanza y su Palabra. Pero esa conversión no es un proceso fácil, pues, aunque llevemos años puede que en algún punto nos retiremos del camino, o que dejemos de ser tan fervorosos. Pero no debemos caer ante la tentación, ni dejar de creer en Cristo, pues Él siempre va en búsqueda nuestra, pues somos ovejas de su rebaño.

Debemos siempre buscar la fuerza en Dios, para retomar el camino del Señor, pues es el mismo Jesús quien nos busca con su corazón amoroso, no debemos esperar a que ocurra un gran milagro para creer en Dios, debemos descubrir al Señor siempre, incluso ante las adversidades, porque Dios siempre nos cuida y nos brinda oportunidades a cada momento.

El Señor ha llegado hoy, porque nos ha escogido a ti y a mí, para que seamos redes de la iglesia, que ayuden a más personas a acercarnos a Él, a su infinito amor y misericordia. Nuestra Iglesia es apostólica, lo cual implica que reconocemos nuestras debilidades y nuestra parte humana, pero sabemos que tenemos una gran misión de pescar almas en el mar del mundo.

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1 comentario
  1. Jorge Jimenez

    un Alivio para mi alma cuando la escucho,hace 20 años

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