En el inicio de esta semana, el Señor llega a nosotros de nuevo a través de una gran reflexión que encontramos en el capítulo 13 del libro de Daniel, versos 19-30, en el cual observamos la historia de Susana, una mujer que iba a ser injustamente castigada por algo que no cometió; debemos recordar siempre que ante todo Dios siempre nos observa y sólo Él sabe quién es bueno y malo.
La historia de Susana nos recuerda también el maltrato que nuestras mujeres han vivido a lo largo de la historia, pues esta mujer iba a ser apedreada por un supuesto adulterio que nunca cometió, así que hoy el llamado va a dos aspectos importantes: el primero a que evitemos la violencia contra la mujer, evitando infundir miedos y abusos de poder tanto en el trabajo como en cualquier parte; y el segundo es a que antes de juzgar escuchemos la versión de la historia del acusado y que recordemos también que no estamos libres de pecado como para lanzar nuestra piedra acusatoria.
Dios nos ama a todos y nos ha llamado a estar en unión y armonía, evitemos en momentos como estos ser presas del pánico y caer en histerias colectivas que puedan llevar a actos irracionales como acabar con la vida de una persona; demos siempre el espacio al otro para expresarse, hablar y amémos al prójimo como Jesucristo nos enseñó.