Seamos Artesanos de la Paz para Colombia

La Paz es posible si verdaderamente la queremos y nos comprometemos todos con ella; esto lo acaban de decir nuestros obispos mediante un comunicado oficial.  En el deseo de la paz para nuestro país, hemos tenido unos logros muy importantes que nos llenan de esperanza sin desconocer todo lo que falta para construir una paz más sólida y verdadera. Es mucho lo que hemos avanzado en esa tarea, pero también mucho lo que falta por hacer. Nos corresponde a cada uno de los colombianos, sentirnos comprometidos con la paz de nuestro país, decididos a tejerla, a sembrarla, a construirla, como verdaderos artesanos de paz.

Como colombianos que queremos a nuestro país, debemos estar unidos y comprometidos en la construcción de la paz todos los días, sin diferencias de tipo político, sin perder la esperanza ni el rumbo, sin caer en el pesimismo o el desánimo. ¿Cuándo será que podremos entender que la guerra no beneficia a nadie, aunque se justifique con ideas o con dinero? ¿Cuándo entenderemos que la paz es buena para todos, aunque sobrepase aún mi propio entendimiento?

Con mucha paciencia y fortaleza debemos seguir avanzado en la construcción de la Paz de Colombia, con mucha oración y fe, con el corazón abierto a Dios, porque la paz verdadera pasa por el cambio de corazón de cada uno de nosotros. No podemos desconocer que la paz es un don divino que los hombres podemos disfrutar cuando lo pedimos con perseverancia en la oración a Dios, y nos decidimos por ella con nuestros actos y estilo de vida. Para la paz necesitamos vivir una auténtica conversión de corazón.

Que se multipliquen tantos gestos de paz por nuestros campos y ciudades, que hagamos de Colombia un país con cultura de paz y no de guerra; trabajemos para que lo más natural entre nosotros sea la alegría de la Paz y no el miedo de la guerra. Convirtámonos todos decididamente en artesanos y gestores de paz para nuestra querida Colombia.